domingo, 25 de marzo de 2012

LA TORTUGA


En todas las culturas la tortuga es un animal  que ha dado lugar a mitos y leyendas. En Grecia, en América, en Japón, en China, en India...
      Las tortugas que vemos en Angkor, corresponden a la iconografía hinduista,  porque no podemos olvidar que un bramán indio fue el fundador de la dinastía khemer.
      En el principio de los tiempos los devas (semidioses) y los asuras (demonios) eran mortales y luchaban entre ellos por el dominio del mundo.
      Pero un día Dervarás un sabio y malhumorado brahmán, ofreció una guirnalda de flores a Indra, el rey de los semidioses, que la recibió sin prestar demasiada atención y la colocó descuidadamente sobre Airavata, su elefante, que la tiró al suelo y la pisoteó. Dervarás tomó ese hecho como una ofensa y maldijo a Indra y a todos los semidioses, diciéndoles que su reino terminaría pronto.
 
Asuras sujetando la serpiente Vasuki
  Los devas enseguida empezaron a perder poder y autoridad frente a los asuras que se iban haciendo cada vez más fuertes. Los semidioses temiendo ser vencidos por ellos, pidieron ayuda a Vishnu, quien ideó un plan para combatir la maldición.
      Reunió a los devas y les pidió que batieran el océano de leche y que echaran en él todo tipo de hierbas medicinales para producir el brebaje que les haría fuertes e inmortales. Pero no lo podían hacer solos, así que Vishnu les aconsejó que pactaran una alianza con los demonios y consiguieran su ayuda a cambio de darles parte del néctar sagrado.
      Para batir el océano de leche tenían que tomar como soga la serpiente Vasuki y como palo de batir el monte Meru. Los  devas y los asuras levantaron la montaña con la intención de llevarla hasta el océano,  pero no podían con ella, porque pesaba muchísimo, así que Vishnu cargó la montaña sobre Garuda, su vehículo celestial y la llevó hasta el lugar indicado.
El batido del océano de leche,la serpiente Vasuki está enroscada y es tirada por los dioses (orilla izquierda) y por los demonios (orilla derecha).
 
  Tanto los semidioses como los demonios  empezaron a batir el océano de leche utilizando la serpiente Vasuki como cuerda, los devas la sujetaban por un extremo y los demonios por el otro, pero el monte Meru, como no tenía base en la que sostenerse, a medida que batían se iba hundiendo, así que el dios Vishnu bajó a la tierra y se encarnó como tortuga, la tortuga Durma, para sostenerlo y detener su hundimiento.
      Durma mantuvo la montaña sobre su caparazón y de esa manera,  batiendo y batiendo el mar de leche surgió el néctar sagrado.  Pero los siempre astutos demonios en cuanto lo vieron se precipitaron sobre él y lo robaron, antes de que los devas pudieran intervenir.
 
Asuras sujetando la serpiente,  entrada de Angkor Vat

   Al darse cuenta de que los asuras tenían el néctar, y no los semidioses, Vishnu se enojó y se transformó en Mojini, la mujer más hermosa que ha existido nunca en el mundo, de tan espectacular belleza que sedujo a los asuras y los enloqueció. Mientras los demonios estaban extasiados contemplando la belleza divina, Mohini se apoderó del néctar de la inmortalidad y lo distribuyó entre los devas.
 
Vishnu sujetando el momte Meru.

Pero el demonio Rahu, disfrazado de dios logró dar un sorbo a la bebida. El Sol y la Luna contaron enseguida a Vishnu lo que había sucedido  y aunque se dio mucha prisa en matar al demonio, su cabeza y su cuello eran ya inmortales. Entonces Rahu huyó al cielo donde desde entonces se dedica a combatir al Sol y a la Luna, a los que a veces llega incluso a engullir, hecho este que explica los eclipses.
      Por esta causa los dioses y los demonios se enzarzaron en una violentísima pelea que acabó con miles y miles de demonios. Una vez victoriosos los dioses devolvieron el monte Meru a su lugar original y regresaron a sus casas contentos con la victoria.
      Así fue como los dioses volvieron a tomar el control sobre los asuras y Vishnu se quedó como guardián eterno del néctar de la inmortalidad.

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