lunes, 19 de marzo de 2012

LINGAM


      Shiva es uno de los tres grandes dioses de la teogonía hindú, junto con Brahma y Vishnu.
       Shiva, como dios supremo, está casi siempre representado por el lingam. Un lingam es una columna, un pilar, que se asemeja a un pene, a un falo erecto. Para los hinduístas el lingam, el falo, es la representación simbólica del dios  Shiva . Utilizado para su culto en los templos, es su forma  más conocida de adoración  y representa el principio fecundador de la naturaleza.
Lingam
        Entre los seguidores de Shiva, se ata un lingam al cuerpo del niño recién nacido y lo lleva durante toda su vida guardado en una funda de plata que se cuelga alrededor del cuello.
       El lingam comprende tres partes simbolizando la trinidad brahmánica. Brahma está representado  en la parte insertada en la tierra que es de sección cuadrada. La parte media, cubierta por el pedestal, es  octogonal y representa a Vishnu. Shiva es la parte cilíndrica y visible.
       El pedestal está cubierto con una losa cuadrada acabada en pico, para permitir al agua lustral correr y ser recogida por los fieles, esta losa  se llama yoni "matriz". Es un símbolo de fertilidad, y por extensión de prosperidad. El yoni cumple una doble función por una parte sustenta el lingam y por otra  recoge los líquidos empleados durante las ofrendas.
Yoni, como representacón que es de laparte femenina de Shiva, aparece representado en el borde el toro Nandi.
            Lo normal es que el lingam se encuentre insertado en el yoni, como símbolo de la energía dinámica y creadora, la parte femenina de Shiva, el complemento del Absoluto. También sirve como representación de la unión creadora que genera y sostiene la vida del Universo. Lingam y yoni denotan la unión de lo masculino y lo femenino, del cielo y la tierra, de lo estático y lo dinámico.
        El lingam ha sido colocado en los templos de Shiva desde hace más de dos mil años. Los hay en todos los templos, a veces  hay cientos  en un mismo templo. Actualmente en Angkor muchos han desaparecido y han quedado solo los yonis, pues los ladrones sabían que en los depósitos de fundación, junto con pelo y recortes de uñas del donante, colocaban  debajo de los lingam  finas láminas de oro y alguna piedra preciosa, por eso se movieron o se tiraron y partieron.


Shiva lingam with pilgrim's offerings.
EL RÍO DE LOS MIL LINGAM,
Situado en Angkor, es un curioso sitio arqueológico, cuyo nombre le viene   de  los  lingam  (piedras fálicas) que hay en el fondo de un río que pasa por ese lugar. Se empezaron a tallar entre los siglos XI y XII por los eremitas que habitaban en la zona.
      Bajo el agua aparecen tallados en la roca numerosos lingams y yonis, símbolos religiosos hinduístas que representan la creación de la vida a través del dios Shiva. Aparecen también otras imágenes divinas y símbolos en el lecho del río y en las rocas de los alrededores

domingo, 11 de marzo de 2012

EL REY LEPROSO


Sobre la Plataforma del Rey Leproso  en Angkor hay una estatua en piedra que representa a un hombre desnudo, carente de órganos sexuales y sentado con la rodilla derecha levantada. Sus piernas son demasiado cortas para el tronco y sus formas blandas y demasiado redondeadas, sin músculos varoniles. Tiene el pelo recogido en una trenza que cae sobre la espalda, lóbulos alargados, frente despejada, nariz aguileña, bigote sobre unos labios gruesos, barbilla enérgica y boca ligeramente abierta mostrando los dientes, algo sumamente extraño en el arte camboyano. La mano derecha, desaparecida, parece sujetar algo.
Estatua del Rey Leproso de la Terraza
 
Cuando descubrieron la estatua estaba cubierta  de líquenes, como si fuera los lepromas de un enfermo de lepra y se idenficó la figura con el rey Jayavarman VII que supuestamente era leproso. Otros historiadores sin embargo identificaron la figura con Kubera, el tesorero de los dioses, y otros con Yasovarman I, también leproso.

El Rey Leproso (estatua del jardin del museo de Pnhom Penh)
Pero la plataforma tuvo un destino funerario y la estructura en forma de U hizo pensar que se tratara de un lugar donde depositar los restos funerarios de la familia real después de la cremación que se realizaría en la Terraza de los Elefantes. Por tanto la estatua representaría casi con total seguridad  a Yama el dios de la muerte.
      Yama es el dios de los muertos y de la justicia. Hijo del dios del Sol fue el primer ser que murió y llegó el primero al inframundo, por lo que se le nombró "dios de los muertos y juez de las almas".
  Yama, con quien moran las sombras de los difuntos, va montado sobre un búfalo y lleva en la mano una maza de oro y en la otra el lazo de la muerte con el que ata el alma después de arrancarla del cuerpo. Es el que premia o castiga a los muertos, porque él es quien pesa en la balanza  las acciones buenas y malas en cada reencarnación.
      

    
   
     

domingo, 4 de marzo de 2012

AIRAVATA : el elefante de tres cabezas


      Los elefantes son símbolo de poder, sabiduría, paz, felicidad y buena suerte .
       En la mitología hindú, el elefante es la montura del dios Indra, el rey de todos los dioses menores.
      Indra, el hermano del sol, es el dios de la guerra y de la tormenta. Su arma es el relámpago y su vehículo celestial es el elefante blanco tricéfalo, llamado Airavata, que es el más poderoso de los elefantes. Fue creado por Brahma uniendo las dos mitades de la cáscara del huevo del que había nacido Garuda , rey de los pájaros y montura de Vishnu,y cantando sobre las cáscaras los himnos sagrados.
     
Airatava "El elefante de tres cabezas"
 Airavata significa "el que forma las nubes", debido a la conexión de los elefantes con el agua y la lluvia. Según la mitología hinduísta, Airavata es capaz de producir las nubes, porque con su larga y potente trompa llega hasta el inframundo acuoso, allí absorbe todo el agua de la Tierra y luego la pulveriza creando la lluvia, que fue un regalo del dios Indra para los hombres.
      Airavata, el elefante blanco de tres cabezas que monta Indra, tenía alas y sus descendientes también las tuvieron, pero eran tan traviesos que molestaban, volando continuamente sobre un árbol donde oraba y enseñaba un gran maestro , que como castigo les quitó las alas.

Airavata

También para los budistas el elefante blanco tiene un papel importante. Hace más de 2500 años, la reina Maya quedó embarazada tras soñar que un elefante blanco entraba en su cuerpo. Los astrólogos interpretaron aquel sueño anunciando que la reina daría a luz a un niño que salvaría a la humanidad. Nueve meses después nació Buda. Desde entonces en el Sudeste asiático se venera al elefante blanco.

Terraza de los Elefantes

 
      Pero en Angkor, en la Terraza de los Elefantes, frente al Palacio Real, a quien se representa es al Airavata de la mitología hindú. La terraza está sostenida por elefantes de tres cabezas con las testas coronadas. Sus largas trompas, que recogen tallos de loto, se convierten en columnas, asemejando cariátides, pues sobre sus lomos cargan la plataforma superior.

domingo, 26 de febrero de 2012

LOS DVARAPALAS



      Dvarapala  es una palabra que proviene del sánscrito, significa "el guardián de la puerta" y tiene su origen en los dioses tutelares de la religiosidad popular.

       Su misión es apotropaica,  defienden y protegen el lugar. Pueden ser figuras humanas o demoníacas de aspecto temible. Dependiendo del tamaño y de la riqueza del lugar puede haber un solo dvarapala, aunque lo normal es que aparezcan dos, uno a cada lado de la puerta. También puede haber cuatro, son los guardianes de los puntos cardinales, o aparecer grupos más grandes, de 8 ó 12 dvarapalas.  Aparecen en los templos budistas e hinduístas, bien como relieves en las paredes, o como esculturas exentas. En Angkor, los dvarapalas más abundantes son los relieves, que aparecen a la entrada de templos, cellas, corredores e incluso en el mismo palacio real. Son figuras de hombres jóvenes armados con lanzas, mazas o tridentes, que dispuestos en nichos, rígidos y solemnes, protegen los lugares sagrados e importantes, de intrusiones malignas.
 
Dvarapala
Dvarapala
   

















   
  
  
   Llevan el pelo largo recogido en un moño que cubren con un gorro, generalmente cilíndrico, pero a veces el gorro no es cilíndrico, depende de la moda del momento. Tienen bigote y a veces barba, aunque barba y bigote también dependen del momento artístico. Rostros anchos y boca amplia de labios carnosos. Cejas arqueadas y unidas sobre la nariz. Ojos realzados con un profundo relieve. Hombros cuadrados y desnudos hasta la cintura con los pectorales bien marcados. Visten el típico sarong camboyano hasta las rodillas, otras veces visten un simple paño enrollado alrededor de la cintura, haciendo pasar un extremo entre las piernas, en algunos casos enseñan el ombligo y otras veces no. Aparecen siempre descalzos, con las piernas y los pies labrados bastante toscamente y enjoyados con diademas, brazaletes, collares y pesadas tobilleras.


 

      Dispuestos en los nichos, están colocados en posición de total frontalidad. Cuando solo hay una figura ésta aparece en actitud completamente hierática, mientras que cuando hay una pareja la figura de la derecha aparece generalmente en actitud benévola y la de la izquierda aparece en actitud amenazante. 
        Los dvarapalas, aunque son jóvenes guerreros,  se asemejan mucho  a las devatas, pero en Angkor son bastante  menos abundantes.

domingo, 19 de febrero de 2012

NAGAS

       Naga es una palabra que proviene del sánscrito, significa "serpiente", y aunque se aplica a todo tipo de serpientes, se refiere más concretamente a la cobra. En camboya, la serpiente no solo ha estado asociada al agua y sus beneficios, sino que simbólicamente es el guardián de la prosperidad y la riqueza. Por eso las nagas son una decoración común en los templos camboyanos. Son el espíritu guardián, protector contra las energías negativas. Según una antigua leyenda, las nagas habitaban un gran continente en el Océano Pacífico. El continente se hundió y restos de ese continente  son los países del sudeste asiático y los archipiélagos  de Indonesia y Australia. A las nagas del sudeste asiático se las representa con múltiples cabezas "serpiente multicéfala". Del mismo tronco salen un número impar de cabezas dispuestas en abanico, semejante a la hidra de la mitología griega. La naga rey tiene 9 cabezas, las demás 7 ó 5.  
Nagas



Nagas

 
Los números impares son símbolo de inmortalidad, de eternidad, de lo infinito. Las nagas son longevas, sabias y poderosas. Su mordedura es muy venenosa. Pueden escupir un veneno paralizante e incluso matar simplemente mirando a los ojos de sus víctimas. Como el basilisco en la Europa medieval. Aunque en su mayoría mantienen una actitud benéfica con  los humanos, algunas son muy violentas.
      El símbolo naga es muy importante para los camboyanos. Cuando Camboya fue anfitrión de la cumbre del GMS en 2002, eligieron a una  naga de siete cabezas como símbolo de la cultura khemer y la cooperación entre  países.
      Camboya vio surgir su primer gran reino con el nombre de Funan, de clara influencia india, en el siglo  de nuestra era. Se le atribuye la fundación a un joven brahmán indio llamado Kaundinya. Una noche soñó que un personaje divino  le ofrecía un arco y le invitaba a embarcarse hacia lejanas tierras. Al despertar, cuando fue a orar al templo, encontró allí un arco y recordando el sueño dejó su tierra y se embarcó hacia lejanas tierras.

Nagas
Nagas
Navegó  hasta el Océano Pacífico y cuando pisó tierra firme, se internó en la selva llegando a Funan, un lugar poblado por los míticos nagas,  "los hombres serpiente", que vivían allí desde los albores de la humanidad. Con el tiempo, el nagaraja, rey de esa poderosa tribu, mitad hombres mitad serpientes,  le entregó como esposa a su hija, la nagini  Soma. Kaundinya y la princesa soma tuvieron un hijo que fue el fundador de la primera dinastía funan, de la que descienden los khemer. En su recuerdo todos los reyes khemer tenían que perpetuar  ese pacto con las legendarias nagas, para ello se edificó el  palacio celestial, donde cada noche el rey subía a lo más alto y en el pabellón central, en la oscuridad de la habitación, se acostaba simbólicamente con la naga.
En Angkor, lo mismo que en todo el sudeste asiático, aparecen nagas protegiendo los edificios y monumentos más emblemáticos como puentes, palacios, estanques  y  templos. La cobra amenazante, con sus múltiples cabezas desplegadas, nos recibe en escaleras, barandillas, dinteles y balaustradas. Siempre con un carácter apotropaico, defensivo, y disuasorio. Actualmente no solo aparecen en templos y lugares importantes, sino en puertas y escaleras de los más humildes comercios. Es el símbolo de Camboya por antonomasia, todos los camboyanos creen descender de esos míticos hombres-serpiente.

domingo, 12 de febrero de 2012

MARIONETAS DE AGUA

MARIONETAS DE AGUA

       Los "mua-roi-nuoc" o "títeres danzantes sobre el agua" son una de las expresiones mas curiosas y emblemáticas de Vietnam.  Las marionetas de agua son un divertimento popular  y como tal, son la gente del pueblo, los campesinos, sus principales personajes, aunque pronto cautivaron a los miembros de la corte y lo que originalmente era un repertorio en el que se sucedían  escenas de la vida cotidiana en el campo, se enriqueció con leyendas e historias de los héroes nacionales y criaturas míticas como dragones, unicornios, el ave fénix o las tortugas.
       Durante la representación nunca faltan escenas de arrozales, no en vano su origen está en el delta del Río Rojo, entre los agricultores del arroz. Era una de las pocas formas de diversión y entretenimiento de las poblaciones rurales, donde por entretenimiento o devoción, los campesinos tallaban y manipulaban sus propios muñecos en los campos inundados desde hace cientos de años.
       En medio de un terreno inundado, metidas en el agua hasta las rodillas, dos mujeres se agachan e incorporan acompasadamente para sembrar arroz. A poca distancia, frente a una pagoda, una joven con una vara en la mano  dirige a un grupo de patos. Por último bajo una palmera solitaria, un chaval, se entretiene pescando con una artesanal nasa de bambú. Son escenas que se repiten a diario en los campos vietnamitas.
       Sin embargo aquí nada es real. El bello paisaje es en realidad una piscina de unos 4 metros cuadrados, la palmera y las espigas de arroz son de plástico y la pagoda, de cañas de bambú entrelazado. Los personajes han sido tallados en madera de higuera con el tronco y las piernas de una sola pieza y los brazos y la cabeza articulados. Están recubiertos con varias capas de laca para darles color y protegerlos de la  humedad. La vida de estos muñecos es muy corta y cada tres meses hay que renovarlos. 
       La piscina hace las veces de escenario y la pagoda es el perfecto telón de fondo tras el que se esconden los  hombres y  mujeres que metidos en el agua hasta la cintura, manejan las marionetas con genial maña y bastante fuerza, pues algunos miden casi un metro y superan los 15 kilos de peso. Lo hacen mediante largas pértigas  que van unidas a la base de los muñecos y que quedan sumergidas e invisibles durante la representación. 
       A un lado del escenario unos músicos,  con instrumentos musicales como el monocorde -con su alargada caja de resonancia y la única cuerda de la que toma el nombre- la flauta y otros más de percusión, ponen la banda sonora y la voz a los personajes.

       Las habilidades necesarias para manipular las marionetas de agua se mantenían en secreto y se transmitían solo de padres a hijos. A las hijas no se les decía nada por miedo a que se casaran con alguien de otro pueblo y desvelaran el secreto.

domingo, 5 de febrero de 2012

LOS ROSTROS DEL BAYON

En el centro de Angkor, en el corazón mismo de la ciudad khemer, levantó Jayavarman VII el Bayon, un enorme y enigmático complejo religioso para mayor gloria y esplendor de la ciudad, pero sobre todo buscando perpetuarse en el tiempo.
Torres del Bayom

       El Bayon, con sus torres formadas por cuatro arcos dirigidos hacia los cuatro puntos cardinales, es la expresión más sorprendente de la personalidad de Jayavarman VII, que se representó a sí mismo en cada uno de los cuatro lados de las 54 torres, rematadas todas ellas por la doble flor de loto.
       Son 54 torres con 216 gigantescas caras esculpidas, todas con la misma sonriente expresión, aunque ninguna es igual, ya que una misma cara está formada por varias piezas de piedra y cada pieza fue trabajada por una persona diferente.

  Obsesionado por la inmortalidad y en la cima de su poder, intuyendo que se acercaba el fin, intentó conjurarlo mediante una frenética actividad constructora que fue una de las principales causas del hundimiento de la civilización de Angkor.


Rostro del  Bayon
     
       Ególatra y narcisista, llenó Angkor con su efigie. Cientos y cientos de rostros decoran templos y monasterios, puentes, gopuranes, torres, muros… Todo se personalizó con el rostro del rey, caracterizado como bodhisattva.
       Un monarca ascético y sensual, filántropo y  tirano. Convencido de su esencia divina, deseoso de eternidad, intoxicado de poder y misticismo, con miedo al final y al olvido, llenó el Bayon con sus colosales rostros, en un ansia de perpetuación y glorificación, como no se había visto, ni se vería jamás, a lo largo de la historia.
       Se representó como señor misericordioso, protector, benevolente, preocupado por el bienestar de su pueblo. Se identificó con el bodhisattava Lokeshvara, el bodhisattva de la compasión. Pero las estatuas nos hablan de su fuerte carácter y de su compleja personalidad.
     
Torres del  Bayon
  Jayavarman VII, el más grande de los monarcas khemer, aparece siempre ataviado como un gran príncipe, con corona, diadema, pesados pendientes y collar en el cuello. Su frente alta indica inteligencia y su expresión autoritaria y absolutista apenas queda suavizada por su actitud meditabunda. Los labios carnosos revelan los muchos apetitos de un rey que vivió con igual intensidad espiritualidad y carnalidad, humildad y orgullo. Su boca, que esboza una ligera sonrisa, no transmite paz sino inquietud y desasosiego.
       Los ojos entornados ocultan su mirada, pero la luz al incidir en ellos, los devuelve a la vida, y por un instante, el soberano vuelve a reinar en Angkor.